viernes, 29 de octubre de 2010

léxico de origen africano en Guerrero


Descripción del léxico de origen africano en tres poblaciones de la zona norte de Guerrero
1.
Si preguntáramos al grueso de la población mexicana sobre las “razas” que conforman la nación, seguramente respondería que en primer lugar está la indígena, seguida de la mestiza y al final, ciudadanos migrantes de diversa procedencia: asiáticos, europeos, africanos, etc. quienes han llegado para quedarse a vivir en este país.
            De estos últimos, los africanos, pocos pensarían en la posibilidad de que sean nativos de México, de padres, abuelos y bisabuelos mexicanos. Y sí, la realidad es que, aunque pocos, en este país existe gente de ascendencia africana de la cual, la mayoría vive en las costas de Guerrero, Oaxaca y Veracruz y una parte más, repartida en el resto de la república.
            La historia de los afromestizos comienza con la llegada de los españoles a Tenochtitlán: parte de la tripulación de Cortés y Narváez era negra, y además esclava (Mondragón, 1999: 28). Al principio, éstos sólo satisfacían las necesidades de sus amos, sin embargo,  los excesos a los que eran sometidos los indígenas debido a la explotación de riquezas de las nuevas tierras, así como las enfermedades traídas por los europeos, provocaron el decremento de los naturales, con lo que la reacción de defensores de los indios no se hizo esperar (entre ellos fray Bartolomé de las Casas): se ejerció presión a la Corona, para que el maltrato cesara y se recomendó el uso de esclavos negros que sustituyeran en los trabajos a los nativos. Así, en 1542 se promulgaron las llamadas Leyes Nuevas que ordenaban la no esclavización de los indios bajo circunstancia alguna, y su trato como vasallos de la Corona. Este hecho fue lo que “oficializó” la importación legal de esclavos de color, quienes a decir del clamor general, eran capaces de resistir la carga de trabajo de cuatro indios.
            Los primeros esclavos que llegaron a Nueva España fueron traídos desde las Antillas mediante licencias otorgadas por la Corona, los cuales fueron canalizados a diversas áreas de producción, ganado o servicios domésticos y de construcción. Posteriormente se comenzó a exportar de diversas regiones de África, tanto de forma legal como ilegal. En muchos documentos se registran los lugares de procedencia de algunos de éstos: Guinea y Cabo Verde, Angola o Säo Thomè; las étnicas también fueron muchas: los mande (o mandingos), los xoxos (o sosos), los bambara originarios del Alto Senegal, los biáforas del reino Biguba, los cumbás de la Sierra Leona, los bran, los xabú, manicongos, anzicos, anchuro, xico, katanga, faluca y bioho (Mondragón, 1999: 40).
            En el estado de Guerrero, los esclavos abundaron en las regiones mineras: Tetela del Río (Tierra Caliente), Taxco (región norte), Tlapa (región de la Montaña) y Chilapa (región centro).  En este trabajo se estudiaran tres ciudades ubicadas en la región norte: Iguala, Taxco y Tepecoacuilco, así que se darán algunos datos sobre la presencia negra de estas entidades.
            En Taxco, ésta fue obviamente mayor que en Iguala y Tepecoacuilco, pues desde siempre ha sido una ciudad fundamentalmente minera, cuyas actividades en época colonial, se relacionaban con la industria, comercio y administración gubernamental. Según un censo levantado en 1731 por don Joseph Antonio de Villaseñor y Sánchez, en ese año vivían 100 españoles y 150 esclavos (Herrera, 1991: 116). Iguala fue un centro abastecedor de mulas, maíz, legumbres, algodón y pescado que iban a parar a los reales de minas taxqueñas. Sobre la población no se tienen datos concretos en números, quizás porque la región estaba anexa a la jurisdicción de Taxco (1780), por ende, suponemos que este tipo de detalles se incluyen en aquella jurisdicción. Sin embargo en los archivos parroquiales de la iglesia de San Francisco de Asís constan registros bautismales de hijos de negros y mulatos (esclavos y libres), aunque en un número escaso. Por otra parte, Tepecoacuilco siempre tuvo una población mestiza y  sobre todo española y por esta misma razón, se deduce que un había número mediano de esclavos habitando la región al servicio de éstos últimos (Rubí, 1998: 288)[1].
            Posteriormente, ya cansados del yugo al que eran sometidos, muchos esclavos huyeron a lugares apartados con el fin de escapar de esta situación. Los principales asentamientos donde se establecieron comprendieron zonas costeras guerrerenses, oaxaqueñas y veracruzanas. En estas zonas, trataron de resurgir como etnias, como individuos con rasgos distintos a los indígenas y a los españoles, sin embargo, debido al estigma contraído por la esclavitud, los negros no pudieron emerger como una etnia más en la Nueva España, así que su integración a la sociedad nacional fue obligatoria: dado que de la unión marital entre esclavos sólo engendraba más esclavos, los negros optaron por la descendencia con los nativos y en casos raros, con los españoles, razón por la cual el mestizaje comenzó a diluir algunas huellas físicas que durante tanto tiempo los marcó y lo único que importó fue la supervivencia.
            Una causa más por las que el negro no pudo reestructurarse como sociedad, fue la situación de incomunicación entre éstos que devino como consecuencia de la entrada al territorio nacional de numerosos y diversos grupos étnicos africanos, lo cual abrió una brecha comunicacional enorme que se solventó con la forzosa adquisición del español (en algunos casos se también se tuvo la necesidad de aprender la lengua del indio) como lingua franca, la lengua materna sólo era utilizada en ritos curativos o conjuros (Domínguez, 2007: 42; Beltrán, 1972: 288,289).
            Gonzalo Aguirre Beltrán (288-290) enumera otros cuatro aspectos que marcaron la no-reestructuración cultural africana y que al final sólo logro diferenciarlos por el aspecto físico:
  1. Indumentaria distintiva. Los negros vestían como los españoles, no usaban algún traje en particular que los situara como miembros de un grupo étnico, situación contraria a lo que sucedía con los indios.
  2. La vivienda. Solo algunos negros edificaban sus viviendas al modo africano, esto es, el llamado “redondo”.
  3. La alimentación. Era común, sin ningún ingrediente especial o que integrara la cocina africana.
  4. La visión del mundo de los negros y mulatos, al final de la Colonia, no era muy distinta a la de los españoles, sólo algunos vestigios de rituales mágicos y ceremonias los distinguían.
Actualmente, los descendientes de los esclavos que se asentaron en costa guerrerense y que encontraron en ella el territorio idóneo para desarrollarse, viven en los poblados de Cuajinicuilapa, San Nicolás, Maldonado, Acapulco y Ometepec (Ilades, 2000:24), aunque no se debe dudar que existan afromestizos dispersos a lo largo de las tierras de esta nación, quienes heredaron además de algunos rasgos físicos de sus antepasados, algunas aspectos culturales de éstos: léxico, costumbres, festividades. Sin embargo esta tercera raíz que integra la nación multicultural que hoy es México, sigue en el olvido de la historia del colectivo oficial y general, negando con ello una parte importante de la historia de la nación.

2.

La relación entre lengua y cultura es más estrecha de lo que parece, pues para entender una cultura, hay que describir su lengua debido a que “cualquier elemento que pertenece a una cultura es expresado directa o indirectamente a través del lenguaje” sin embargo “la gramática no debe considerarse como un espejo de la cultura, sino que son el léxico y su relación con los valores de los rasgos conceptuales nombrados por los hablantes los que reflejan la cultura” (Cuevas Suárez, 199: 174-175).
            Como ya hemos visto, no quedan muchos rasgos culturales de los esclavos negros; los que sobrevivieron, se reflejan en el aspecto físico, costumbres populares y tradición oral. Esta última es quizá la menos notoria, pues se confunde con la indígena y la mestiza y sólo queda de ella la forma: la fonética tan característica de las costas. Sin embargo, están presentes dentro de esta oralidad, sin que nos demos cuenta, un claro legado de los negros: el léxico de origen africano.
Este trabajo pretende observar y describir la vitalidad de este reducido léxico africano en los afromestizos no de la Costa Chica, sino en la zona norte de Guerrero, no limitándose con éstos, sino que también se incluye en el estudio a la población general, es decir, la mestiza.

2.1  El corpus
De diversos textos (integrados por cuentos, poesía, canciones, corridos populares y adivinanzas) cuya temática gira en torno de la tradición oral de los pueblos de la Costa Chica y algunos estudios que analizan el habla de la región[2], se extrajo  un vocabulario base integrado por 17 palabras cuya etimología fue investigada previamente[3] más una cuyo origen no es africano, pero por la concurrencia en la que apareció en una sólo una zona (Taxco) consideré interesante insertar y otra más que, pese a ser un aztequismo, los afromestizos la consideran africana:
Lexicón[4]
Significado
Batanga
Balsa, voz de origen africano (Dicc. Americanismos)
Bembo*
Labios gruesos, muy grandes (Ortíz, Dicc. Afronegrismos). Probable etimología bèmba del kikongo  (Ortíz, El Caribe). Labio grueso, por extensión hocico, trompa. Jeta de negro (Santamaría, Dicc. Mejicanismos). Boca gruesa de negro (Dicc. Americanismos).
Cachimba*
Pipa de fumar, según algunos de origen africano (Dicc. Americanismos). Pipa  (Ortíz, Dicc. Afronegrismos). Olor a tabaco, cabo de tabaco; etimología: kàa+(n) sí+mbá del kikogo (Ortíz, El Caribe).
Chando*
Sucio, desarreglado. En algunas partes del interior, dícese de la persona desarreglada, de mal vestir (Santamaría, Dicc. Mejicanismos). Adjetivo que se utiliza en diferentes circunstancias para calificar lo desarreglado, sucio o mal elaborado (Aparicio, Choco).
Chimbalé* (chambalé)
Libélula de color vino o negro. Su cola es similar a la del alacrán. Aparece en época de lluvias (Aparicio, Choco).
Chimeco*
En el estado de Guerrero, dícese del que tiene la cara sucia (Santamaría, Dicc. mejicanismos; Aparicio, Choco).
Chirundo*
Desnudo (Santamaría, Dicc. Mejicanismos; Aparicio, Choco)
Choco*
Sucio
Chundo*
Carecer de algún miembro, común en algunas partes de la costa de Guerrero (Dicc. Mejicanismos)
Cuculuste**
Cabello muy ensortijado, enredado, como el de los negros.
Cundo
Persona alegre y optimista; puede derivar del malinké, dialecto mandinga, kunda (Ortiz, Dicc. Afronegrismos)
Gamba*
Frase con que se avisa, se advierte a uno que se aparte de algún peligro, riesgo u otro accidente (Dicc. Autoridades). Fiesta (Aparicio, Choco).
Guarumbo*
Árbol cuyas hojas son utilizadas en tratamientos contra la diabetes (voz haitiana, Dicc. Americanismos). De sus troncos huecos como el bambú se fabricaba un instrumento musical conocido como guacharasca que acompañaba los sones de artesa (Aparicio, Choco).
Jején*
Insecto (origen africano, Dicc. Mejicanismos). Mosquito; puede derivar de njenjen de la lengua bantú (Ortiz, Dicc. Afronegrismos).
Nigua*
Insecto que da mucha comenzón, provoca úlceras y llagas, se mete en las uñas de dedos y pies (voz arauaca antillana,   Dicc. Americanismos; Aparicio, Choco…, 1993). Insecto parecido a la pulga; igua significa picazón en muchos lenguajes bantús (Ortíz, Dicc. Afronegrismos).
Malanga
Planta y tubérculo del que se obtiene un nutritivo alimento (Ortíz, Dicc. Afronegrismos).
Ñapa
Robo, hurto (voz de origen africano, Dicc. Mexicanismos)
Neque*
Enclenque, raquítico, débil (voz origen africano, Dicc. Americanismos). Díficil, raro (Ortíz, Dicc. Afronegrismos). Labio leporino, partido (Santamaría, Dicc. Mejicanismos; Aparicio, Choco).
Tumbaga**

Del malayo tambâga “cobre” que en Europa pasó a designar una aleación de este metal con otros, luego las sortijas hechas con esta aleación y en fin, cualquier sortija (Dicc. Autoridades). Anillo (Aparicio, Choco).
Cuadro 1. Corpus utilizado en la presente investigación. Con un asterisco se señalan las palabras reconocidas por los pobladores de Iguala, Taxco y Tepecoacuilco. Con dos asteriscos se señala el caso especial de "tumbaga", que sólo apareció en Taxco y el de cuculuste que fue reconocida por un sólo informante.

 Las ciudades estudiadas
Taxco, Iguala y Tepecoacuilco fueron las ciudades de la zona norte guerrerense elegidas para llevar a cabo la investigación. La razón es que, como ya se ha mencionado, las dos primeras en época colonial, fueron poblados por esclavos negros, por lo tanto, es de esperarse que haya descendientes de éstos. En cambio, Tepecoacuilco era una ciudad meramente española, sin embargo, al ser esta la población mayoritaria, podemos deducir que entre la servidumbre que los atendía, se encontraran negros y por lo tanto, pudo haber sido posible la descendencia afromestiza.

  Los informantes
En principio, se pretendía que el número de informantes fuera de doce por comunidad: seis afromestizos y seis mestizos, cuyas edades se hallaran entre los 12-19, 20-50 y 60 y más años. Sin embargo, al iniciar con la búsqueda de gente con tales características, los resultados no fueron los esperados: pocos fueron los afromestizos ubicados y además que estuvieran en la disposición de colaborar[1],

Análisis
Líneas arriba mencioné que una palabra del corpus no era de origen africano, sino malayo: tumbaga. La razón de no haberla querido descartar es que es solamente conocida en Taxco y es tan especializada que ha conservado su significado original, lo cual me parece bastante interesante y que vale la pena mencionar, ya que es reflejo de lo que se ha señalado acerca de la relación entre lengua y cultura. Ahora bien, de los 19 vocablos presentados a los informantes, éstos sólo identificaron 15, mismos que a continuación se presentan:
Lexicón (con frecuencia de mención)
Significado dado por los informantes
Bembo (22)
Tonto, zonzo, menso, retrasado
Chimeco (18)
Sucio
Choco (13)
Sucio
Nigua (13)
Garrapata. Animalito que se mete en las uñas de pies y manos. Chupan la sangre
Chando (10)
Sucio, desarreglado. Lujurioso
Tumbaga (10)
Metal parecido al latón y al oro; con él se hace anillos, pulseras, aretes…
Jején (10)
Animal que sale en tiempo de lluvias. Mosquito, zancudo chiquito
Chundo (9)
Sucio, fodongo. Estrafalario, naco. Paisano. Falto de extremidades
Chirundo (8)
Desnudo
Gamba (4)
Amigo, camarada. Grupo de personas con relación amistosa entre sí. Manada de personas o animales
Cachimba (2)
Estar a gusto
Chimbalé (2)
Animal. Intercambiar
Cuculuste (1)
Persona con cabello rizado
Guarumbo (1)
Fruta
Neque (1)
Vándalo
Cuadro 5. Se muestran las palabras del corpus que los hablantes reconocen. También se da el significado que para ellos tiene.
            De éstas, siete corresponden a adjetivos: bembo –aunque también en un caso fue usado como acción-, chando, chimeco, chundo, choco, cuculuste y chirundo; siete como sustantivos: chimbalé –hubo un caso en que se identificó también como verbo-, gamba, guarumbo, jején, nigua, neque, tumbaga; y hubo un sólo vocablo usado como verbo: cachimba.
            Analizaremos estos tres grupos en campos semánticos con el fin de observar qué rasgos son los que los informantes reconocieron en ellos, pero antes debemos hacer algunas aclaraciones respecto al concepto de campo semántico y de los elementos que lo componen.
            Un campo semántico es un conjunto de palabras que comparten rasgos mínimos pertinentes de significado, los cuales reciben el nombre de semas. Estos rasgos en conjunto forman el semema, en tanto que la palabra que designa a la cosa a partir del semema es el lexema. Cuando un mismo sema permite ubicar a los otros semas en el mismo campo semántico, hablamos de un archisemema y la voz que aparece en el plano de la expresión es llamada archilexema. Por ejemplo, es sabido que existen unos objetos que sirven para sentarse y que llamamos sillas, además, existen muchos tipos de sillas. De cada uno de estos objetos se toman las características que encontramos en ellas. Hay características compartidas: respaldo, sobre pie, para sentarse, para una persona; otras fluctuantes: terciopelo, de madera. Estas características constantes son los semas y el conjunto de todos ellos constituyen el semema. Ahora, en la serie silla, sillón, banqueta, sofá, posón, todos los sememas coinciden en dos semas iniciales: s1 (= para sentarse) y s2 (= sobre pie), los cuales constituyen un archisemema (el que engloba a los semas), que se expresa por el archilexema asiento[2].
            El siguiente cuadro junta los adjetivos resultantes del corpus, los cuales comparten los mismos semas con los lexemas chando, chimeco, chirundo, choco y chundo, que permiten ubicarlos dentro de un mismo campo semántico, donde el archisemema es “no inherente” y el archilexema “suciedad”. Bembo y cuculuste no entran en este campo y mucho menos forman uno, puesto que sus rasgos distintivos difieren entre sí y los otros:
bembo
+
+
+
-
chando
+
+
-
-
chimeco
+
+
-
-
chirundo
+
+
-
-
choco
+
+
-
-
chundo
+
+
-
-
cuculuste
+
+
-
-
semas
tipo de persona
no inherente
situación mental
genético
                        Cuadro 6. Distribución de rasgos semánticos de los adjetivos del corpus
En el siguiente cuadro, vemos dos campos semánticos: el primero lo conforman los lexemas chimbalé, jején y nigua y el otro por gamba y neque. Tumbaga y guarumbo no entran en ninguno de estos dos campos y tampoco pueden formar uno:
chimbalé
-
+
+
+
-
gamba
+
+
-
-
+
guarumbo
-
-
-
-
-
jején
-
+
+
+
-
nigua
-
+
+
+
-
neque
+
-
-
+
-
tumbaga
-
-
-
-
-
semas
son personas
del reino
animal
tamaño pequeño
dañinos
objetos
Cuadro 7. Distribución de rasgos semánticos de los sustantivos del corpus

            Finalmente, cachimba sólo fue definido como “estar a gusto”, en ningún momento los dos informantes que la identificaron le otorgaron una flexión verbal como cachimbar o cachimbear por ejemplo, al igual que sucedió como chimbalé, que en un único caso fue identificado como sinónimo de intercambiar. Con este pequeño análisis podemos ver que los estos lexemas africanos pertenecen al ámbito de la descripción física, al reino animal, al alimentario y en menor medida, a grupos sociales y animales y objetos. 

Cambio y conservación de significado
Hay que recordar que el proceso de asignación de significado se da cuando se asocia un objeto, un ser, una noción o un acontecimiento a un signo susceptible de evocarlos, por ejemplo, nube como signo de lluvia. Así pues, el signo es un estímulo cuya acción provoca en el organismo una imagen que recuerda otro estímulo: la palabra evoca la imagen de la cosa (Fernández González, 1989: 25). Entonces son las imágenes de las cosas y la idea que nos formamos de ellas las que nuestra mente asocia como concepto-imagen, por lo que entendemos que el significado no es la cosa, sino la representación psíquica de la cosa (30).
Efectivamente, muchas de las palabras que empleamos son motivadas de forma más o menos consciente y según los casos, se determina el empleo de esas palabras y con ello su evolución (Guiraurd, 1960: 29), por lo tanto, el verdadero significado de la palabra se encuentra observando lo que el hombre hace con ella, no lo que dice acerca de ella (Fernández González: 40).
Precisamente esta forma de motivación es lo que ha provocado el cambio de significado en la palabra más recurrente del corpus: bembo.
En sus orígenes, este lexema designaba a las personas que tenían los labios muy gruesos, muy grandes; actualmente describe a la gente como tonta, mensa e incluso retrasada. En las encuestas, muchos informantes proporcionaban ejemplos del tipo: “estás bien bembo”, “¡ah! No seas bembo”. Los contextos o situaciones en que el insulto ocurría eran los siguientes:
              I.        Con afán de molestar al otro
            II.        Cuando una persona dice o hace cosas “que ni al caso”, es decir, que no son apropiadas para la ocasión
           III.        Cuando alguien hace algo mal
          IV.        Cuando el comportamiento de alguien lo deja ver como “retrasado” o “mongolito”
            V.        Cuando alguien no entiende lo que se le dice
A pesar de la connotación negativa que el sentido contextual le da a la palabra, ninguno de los informantes la considera como una verdadera ofensa, así, la gradación en cuestión de insultos, de menos a más, queda de esta forma:
bembo > tonto > menso >idiota, estúpido >pendejo
El cambio tan drástico de significado lo podemos explicar así: cada palabra tiene un sentido de base (que podríamos llamar “general”) y un sentido contextual, siendo este último el que le da el valor real a la palabra dentro del discurso. Además, la palabra también tiene un valor estilístico, el cual puede ser de dos tipos: por una parte hay palabras y giros que expresan las emociones, los deseos, las intenciones, los juicios del emisor; por otra, la palabra evoca cierto medio (contexto) pues todos la usamos en situaciones determinadas (Guiraurd: 37-38). Así pues, la palabra está asociada al grupo y al contexto social a los que pertenece, lo que nos lleva a la definición de valores sociales o sociocontextuales mismos que explicamos como asociaciones extrasemánticas de origen natural (41), de estos destaca la llamada asociación por similitud: similitud de la cosa con alguna cosa a la que se asocia, es decir, una metáfora.
El proceso de metaforización y el consecuente cambio de sentido y significado, pudo iniciarse con la clara diferencia física que los nativos vieron en los negros: además del color de la piel, es posible que los labios prominentes de éstos  hayan atraído la atención de los indios y aún más al escuchar brotar de ellos los sonidos extraños con los que intentaban comunicarse entre sí. Tomemos en cuenta que aunque aparentemente iguales, los negros provenían de diversas etnias y por lo tanto, cada uno tenía su propio sistema comunicativo.  Por lo tanto, esta situación debió haber provocado extrañeza y mofa y posiblemente el cambio se dio a partir de la relación
bembo = labios gruesos de negros = habla ininteligible = incapacidad de comunicación = falta de inteligencia = tonto, menso
donde la última acepción es la que usada y conocida por la mayoría de los informantes en las tres localidades.

Cachimba
El significado original de cachimba designaba “un olor a tabaco”, de donde se extendió a “cabo de tabaco” o bien “pipa” (Ortiz 1999: 201). Un sólo informante reconoció esta palabra y la definió como “estar a gusto”, sin embargo no pudo dar un ejemplo de alguna situación donde se pudiera emplear la palabra. En este caso, lo que se pudo haber dado es una asociación entre el objeto y la sensación que el individuo experimentaba con él. El significado cambió debido a una actitud subjetiva del sujeto hacia el referente (Guiraurd, 1970: 76); las circunstancias, experiencias y costumbres fueron el motivo de desplazamiento de significado:
olor a tabaco = tabaco = sensación de placer, de bienestar  = estar  gusto

Nigua, jején, chimbalé
El archilexema de este campo semántico es “insecto”; cada uno designa un tipo de animalillo: la nigua es una garrapata, el jején un mosquito parecido al zancudo y el chimbalé una especie de libélula. Desconozco la etimología de chimbalé, pero parece ser que ésta no se ha modificado, por el contrario, se mantiene vigente. Adicionalmente un informante la identificó como sinónimo de “intercambiar”; por el momento, no se disponen de datos que puedan apoyar un análisis más completo de este caso.
            Nigua se define como un insecto parecido a una garrapata o pulga que provoca serios daños a las uñas de dedos y manos al alojarse en la parte interna de éstas. El Diccionario de Americanismos y el de Mejicanismos sitúan la voz de origen como arauca-antillana y Fernando Ortíz le atribuye sí cómo una voz Caribe, cuya procedencia original es africana, donde nigua significa picazón en muchas lenguas bantúes. El desplazamiento nuevamente se da por asociación: el insecto, una vez asentado en el cuerpo del hombre, provoca llagas, pus y además, mucha “comenzón”, así:
nigua = picazón = síntoma = garrapata
Jején presenta un caso similar al de chimbalé: en la lengua bantú injen / njenjen nombra a un mosquito (Ortíz, ). Los informantes reconocen este mismo signficado.

Chimeco, Choco, Chando, Chundo
El archilexema que estos cuatro lexemas comparten es el de “suciedad” y todos funcionan como sinónimas pues pueden sustituirse entre ellas en todo contexto sin provocar el menor cambio en su valor comunicativo o expresivo, por lo que el hablante tiene la oportunidad de elegir libremente una palabra u otra de acuerdo con el contexto en el que se ubique.
Chundo tiene cuatro acepciones más: fodongo, estrafalario, naco, falto de una o más extremidades, siendo esta última la que comúnmente encontramos en diccionarios; las tres primeras comparten semas que los identifican dentro de un mismo campo semántico (muy vistoso, de mal gusto) y se relacionan directamente con la vestimenta, y por ende, con el entorno social en que el individuo se desenvuelve, la otra es una condición física que puede ser o no controlada por el sujeto.

Neque, gamba
Ambos refieren a un tipo de persona: vándalo. Sin embargo, gamba se refiere exclusivamente a un grupo de personas con afinidad entre sí, un grupo de amigos, de “camaradas” o bien, una manada de animales; en tanto que neque se usa a nivel individual. Según Corominas, la palabra gamba se aplica a una frase que advierte sobre algún peligro latente. Por otro lado, Aparicio Prudente se refiere a ella como una fiesta. Ya hemos visto, el significado de las palabras es motivado por el contexto. Para que gamba pasara al concepto de fiesta tuvo que haber pasado por una etapa de asociación por contigüidad, esto es: hubo un contacto o cierto medio o una determinada situación para que la palabra cambiara de sentido (Guiraurd, 41). La secuencia de cambio pudo ser la siguiente:
frase que advierte peligro latente = bulla producida por la advertencia = alboroto general = fiesta
y del sentido de fiesta se pasó al de banda, camarada mediante una asociación por contigüidad y luego por semejanza:
fiesta = reunión de gente = grupos [contigüidad] = amigos = banda, camarada [semejanza]
            Con neque no se entiende cómo pudo haberse dado el cambio de “enclenque”, “raquítico”, labio leporino” y dado que sólo hubo una concurrencia, no es posible hacer un análisis más profundo.

Cuculuste, chirundo, guarumbo
Los afromestizos de la Costa Chica consideran que cuculuste es una palabra de origen africano porque sólo ellos la usan; sin embargo, ésta viene del náhuatl cucultic, cabello rizado o chino, y por extensión, persona con ese tipo de cabello (Santamaría 2005). Otra peculiaridad de esta palabra es que, sin la aspiración de la fricativa alveolar sorda /s/, el vocablo no tiene significado[3]:
/kukuluhte/ = cuculuhte
Guarumbo no ha variado su significado inicial: es el nombre de un árbol cuyas hojas combaten la diabetes. Por extensión, también se llama así al fruto de éste. De chirundo no tenemos datos concretos sobre su etimología, puesto que ninguno de los diccionarios y vocabularios lo expresan, sólo sabemos el significado que los hablantes le otorgan: desnudo.

Tumbaga
Llama la atención que este lexema sea conocido solamente en Taxco y aún más, en su significado original. Tumbaga es la voz árabe tambâga, que en un principio se refería al cobre, y que posteriormente en Europa pasó a designar una aleación de este metal con otros (Corominas 1961). Los artesanos plateros en Taxco identificaron esta palabra con un metal parecido al oro o al latón, con el que se fabrican anillos, pulseras, aretes, entre otros. Desde su fundación, Taxco fue uno de los reales de minas más explotados, por lo que no debe extrañarnos que tumbaga sea una palabra común en el rubro artesanal y por ende, de uso especializado, que sigue vigente y aún más, conservando el significado traído por los españoles. 

Presencia de los afromestizos en Iguala, Taxco y Tepecoacuilco
Al preguntarles a los informantes sobre la presencia de “morenos” en Iguala, todos coincidieron al decir que nunca habían visto uno y si sí, no eran oriundos del lugar, sino de la costa. Uno de los informantes, policía preventivo (originario de Acapulco, con 17 años de residir en Iguala), los describió como “buena gente, calmadas y trabajadoras, bien aguantadores, pero si los provocan, se ponen bien bravos porque tienen la sangre más caliente”. Al preguntarle sobre la encuesta que se le acababa de aplicar, comentó “Son palabras que se van perdiendo. La gente que las usan son la gente morena, acá no se usan. Los morenos hablan chistoso y cuando se les hace hablar, nadie los calla”.
      En Taxco, un guía de turistas dijo que en ese lugar, ya no había negros, sólo “tlapes” y que, en efecto, los negros abundaron en tiempos pasados, pero que no sabe la razón de que no haya descendientes de éstos mezclados con el resto de la población. Tepecoacuilco tuvo un no rotundo al hablar sobre los morenos: nunca habían visto uno, algunos no sabían que existían.    Vemos aquí las dos caras de la moneda; por una parte está quien reconoce la presencia de descendientes de esclavos porque él mismo lo es;  y por otra la que la reconoce, pero fuera de su situación social, ajenos a ellos. 

3.
Sin que lo notemos, en nuestro hablar diario abundan indigenismos de origen azteca en su mayoría, y algunos caribeños. En cada estado de la república, éstos varían, pues son resultado del contacto de lenguas: la española con la indígena. En el estado de Guerrero la situación no es diferente: también existen préstamos léxicos e influencia fonética producto del contacto de lenguas. En las tres poblaciones estudiadas, se trabajó con léxico de procedencia africana, que a pesar de ser poco, mantiene vigencia: bembo, chimeco, choco, nigua, chando, tumbaga, jején, chundo, chirundo, gamba, cachimba, chimbalé, cuculuste, guarumbo y neque, son parte del lexicón (de manera general) de la población de Iguala, Taxco y Tepecoacuilco; sin embargo, se reconoce que es muy apresurada esta aseveración, puesto que el corpus no es tan grande y representativo, así que sólo podemos dejarlo como una propuesta inicial. No obstante, hemos hecho constar que, en efecto, los negros esclavos de esta entidad, legaron parte de su lengua a sus descendientes y, aun más, a los mestizos.        También hemos visto que no todas son palabras de origen africano: tumbaga es de procedencia árabe, aunque no podemos dejar de lado el siguiente dato: Arabia fue el destino de muchos esclavos durante el siglo XV que llegaban desde África central, podría tratarse, en el fondo de una palabra de origen africano. También destaca cuculuste que ha sido adoptada como “negra” por los afrodescendientes por la forma en la que se identifican con ella. Y finalmente, con los testimonios de los pobladores de las tres ciudades, comprobamos una vez más la negación que persiste hacia la llamada por muchos investigadores “tercera raíz” y la consecuente unión entre ellos mismos con un solo objetivo: prevalecer en la memoria de los suyos.


[1] En las fechas en las que se realizó la recolección de datos (principios de mayo del año en curso) en Iguala y, parece que también en Tepecoacuilco, se decretó toque de queda a partir de las 9 pm debido al clima de inseguridad en que estaban envueltos. Una de las informantes me comentó que, por esta misma razón, la población se mostraba desconfiada y temerosa y aún más con una extraña abordándolos.
[2] Ejemplo tomado de http://culturitalia.uibk.ac.at/hispanoteca/lexikon%20der%20linguistik/sa/SEMEM%20%20%20Semema.html consultado el día 30 de junio de 2010.
[3] Erasto Antúnez, comunicación personal.

[1] En lugares como Acapulco e Igualapa, la población predominante era la mulata y la negra: “No habitan indios en esta ciudad; hay cerca de 400 familias de chinos, mulatos y negros y 3 compañías de milicianos: una de chinos, otra de negros y otra de mulatos y 86 españoles de guarnición” (Herrera: 119-121). La zona con menos población indígena era la de la costa: Costa Chica, Acapulco y Costa Grande (Rubí: 257).
[2] Los textos que se usaron fueron los siguientes: Aparicio Prudente, Choco, chirundo y chando, Cállate burrita prieta…, Jamás fandango al cielo…; Gutiérrez Ávila, Corrido y violencia…;  páginas electrónicas: http://www.inafed.gob.mx/wb2/municipios/20185_Vocabulario, http://costachicanuestra.blogspot.com/2009/04/regionalismos-de-costa-chica-en-1934-la.html http://cai.bc.inter.edu/CIBERINFO/ciber-info_africanismos.htm  consultados el 12, 20 y 22 de marzo de 2010; y una serie de encuestas que se grabaron en 2007 en Cuajinicuilapa, San Nicolás y El Quizá.
[3] Se consultaron los siguientes diccionarios, glosarios y vocabularios: Santamaría, Diccionario de mejicanismos; Ortiz, Glosario de afronegrismos; Morinigo, Diccionario de Americanismos; Aparicio Prudente, Choco, chirundo, chando…; Ortiz López, El vocabulario africano de Palenque; Corominas, Breve diccionario etimológico…
[4] Lexicón, es el “diccionario mental” que poseen los individuos y que usamos aquí como sinónimo de vocabulario.

6 comentarios:

  1. esta es parte de una ponencia presentada en Taxco en agosto de 2010 en la "Cuarta mesa redonda. El conocimiento antropológico e histórico sobre Guerrero. Movimientos sociales: causas y consecuencias".
    Evidentemente, después de presentarla, hubo comentarios que enriquecieron mi trabajo, por ejemplo, el uso como adjetivo de "cachimba" y no como lo planteo (verbo) (agradezco al doctor Francisco Barriga que me hizo la aclaración).

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  2. He leído con mucho interés tu artículo, que me ha gustado mucho.

    Quizás te interese el interesantísimo escrito que tiene Ángel Arteaga sobre la palabra "tumbaga":

    http://palabraria.blogspot.com/2008/12/tumbaga.html

    Y hay una clásica canción que la menciona en su primera estrofa. Aquí en la versión de la Pantoja:

    http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=tumbaga

    Saludos

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  3. QUISE PONER ESTE COMENTARIO PERO NO PUDE.
    En 1942, estudie el segundo año de año de primaria en Oaxaca, en el pueblo de Tezoatlán de Segura y Luna del distrito de Huajuapan de León, en la Mixteca y recuerdo con certeza las palabras "Chirundo" y "Chimeco", con la acepción que aquí se da, desnudo y sucio. las palabras las usaban con frecuencia casi toda la población. Desde que conozco Ciudad Nezahualcoyotl, del estado de México, se le dice "Chimecos" a los camiones de pasaje urbanos, sin duda el calificativo fue dado por los oaxaqueños que son la etnia mas grande de la ciudad, porque los camiones destacan por su suciedad. toda la población así les llama, pero no creo que todos sepan el origen del calificativo.
    GRACIAS
    Jorge Flores Solano jflores37@prodigy.net.mx

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  4. Llegué a este blog por casualidad y me tiene atrapado. Saludos desde España.

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  5. Tomé tu artículo para mi Facebook de Tepecoacuilco. Gracias. No puse tu nombre, no lo veo, pero en cuanto lo sepa, lo agragaré a la entrada. https://www.facebook.com/TepecoacuilcoMuseoVirtual/

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  6. hay muchas palabras que se usan en Guerrero, desconozco el origen como por ejemplo AMAMACHE que significa "sobre la espalda" le decia yo a mis hermanos cuando era niña "llévame a mamache" o sea cárgame en tu espalda" GUANCO forma de insulto para decirle a alguien eres un indio y así puedo mencionar varias palabras que solo alguien de la costa chica de Guerrero como yo podría entender

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