El autor hace un recorrido por todo el mundo a través de las lenguas vivas y muertas existentes (o que alguna vez existieron) en él. Antes de adentrar al lector en el tema, Vivó presenta una introducción al concepto de lo que es la lingüística (significado, objeto y campo de estudio), así como la distinción entre lenguaje (conjunto de procedimientos fisiológicos y psíquicos propio de los humanos para expresarse) y lengua (la utilización práctica de esos procedimientos) y la historia a lo largo de los cientos de años que han pasado desde su aparición (según él lo plantea, se habla de un lenguaje prehumano articulado que se remonta hacia 100 000 y 200 000 años atrás).
El desarrollo cultural del hombre fue posible hasta el surgimiento del medio de expresión ideal: el lenguaje. Éste, a la par de su evolución, sufrió cambios que derivaron en la formación de dialectos y, en casos más radicales, en lenguas distintas. Es así que nacen idiomas diversos que, para su clasificación, se agrupan en grupos lingüísticos cuyos integrantes comparten características fonéticas, morfosintácticas e históricas en común, mismas que se enlistan a continuación:
En el llamado Viejo mundo (Europa. África, Asia y Oceanía) se encuentran las siguientes familias: indoeuropeo, camítico-semítico, jafético, idiomas sudaneses bantú, khoisan, uralo-altaico, sino-tibetano, idiomas paleoasiáticos, coreano, japonés, mon-kmer, draviniano, malayo-polinésico, australiano, aino y papúa. En tanto, en el Nuevo mundo (América) se divide la totalidad de sus lenguas en veinte grupos lingüísticos: esquimal-aleuta, na-dené, alganquino-wakas, siux-hokano, macro-petuniano, macro-otomangue, tarasco, paya-lenca, chibcha-miskito, tupí-caribe, quechua-aymara, araucano, ges, tucano, pano, guaycuró, diaguita, charrúa, puelche y tehuelche.
Finalmente se ubica geográficamente a estas familias lingüísticas a los largo de todo el orbe, y junto con ellas, el sistema alfabético utilizado: latino, cirílico griego, sánscrito, arábigo y silábico chino, de los cuales el primero es el mayormente utilizado.
La primera edición de esta obra data de 1945, la que se reseña aquí es la décima (1966). Han pasado 43 años desde esta última y a pesar de ello, la información contenida en este capítulo (y en su mayoría la de la primera sección) no resulta ser tan antigua; caso contrario sucede con la segunda sección (Geografía económica) ya que ha habido innumerables acontecimientos económicos y políticos, que han cambiado el mapa mundial, distinto al que nos presenta Vivó. No obstante, no resultan ser obsoletos estos datos, pues son útiles para una posterior comparación entre distintos periodos mundiales.
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